Nerd
En el café de media mañana los trabajadores aprovechaban el tiempo para conversar de lo que fuera. La mayoría de ellos salía a la calle a fumar, y unos pocos quedaban en la oficina bebiendo café y descansando un poco de los quehaceres matinales. El sindicato había conseguido quince minutos a las diez treinta de la mañana lo cual era agradecido y aprovechado al máximo por todo el personal; bueno, por todos menos uno.
El nerd. Ese era el apodo que recibía el trabajador más joven de la empresa y que había decidido no usar el tiempo de asueto de la mañana sino seguía trabajando de corrido. Algunos decían que era una estrategia para quedar bien con las jefaturas, otros que se estaba adaptando al ritmo del trabajo, pero la mayoría pensaba simplemente que el muchacho era un nerd y que le gustaban los computadores.
El joven parecía trabajar más rápido en los quince minutos de descanso. El muchacho hasta ese momento estaba rindiendo bien en el trabajo, por lo que sus jefes estaban satisfechos con su contratación; todos, salvo el director más anciano, que encontraba que el hombre tenía un rostro familiar para él, pero que no podía recordar dónde lo había visto. De todas maneras su opinión no importaba mucho, pues ya estaba a punto de jubilar y dejarle su cargo a otro ejecutivo más joven
Esa mañana el joven detuvo el trabajo al empezar el tiempo de descanso, se puso de pie y se dirigió a la oficina a tomar café con sus compañeros, lo cual fue aplaudido por todos en el lugar. El joven bebió rápido su café, y le dijo a sus compañeros que sería una buena idea que bajaran todos a la calle, donde estaban los fumadores, para hacerles compañía y compartir todos juntos al menos esa mañana. Luego de algunos dimes y diretes, el nerd consiguió que todos los trabajadores abandonaran el edificio, acompañándolos él mismo hasta la calle.
Una vez estuvieron todos los trabajadores en la calle, el nerd sacó una especie de control remoto como de reja de estacionamiento, lo activó y se echó a correr despavorido; sus compañeros lo miraron con curiosidad; en ese momento se escucharon sendas explosiones en el edificio, el cual cayó sobre sí mismo en una demolición controlada. En la acera del frente el anciano director había salido justo después de los trabajadores al descubrir a quién se parecía el muchacho. El joven era nieto del dueño original de la empresa, el cual fue estafado por los nuevos dueños quienes lo dejaron en la calle, forzándolo a suicidarse al no poder hacerse cargo de sus deudas. El nerd había vengado a su familia al demoler el edificio con todo el directorio dentro. Ninguno de los trabajadores resultó herido.